Esta novela, atravesada por episodios claves de la historia reciente de Chile, pone énfasis en los lazos familiares y en cómo una niña de 10 años creció en un mundo hostil y, sin embargo, transformador. Daniela ha perdido a su madre, como una forma de superar el duelo, su padre decide vender la casa familiar, la de los abuelos maternos de la protagonista, a la cual llegaron en enero de 1983, después de una larga estadía en Buenos Aires. En un principio, Daniela se niega a vender la casa, pero luego decide aprender a soltar ese espacio lleno de recuerdos, magia y humanidad, aunque antes pide un favor: dos semanas sola en la casa de Ñuñoa.