Reflexionar acerca del mundo del otro es algo que todo niño debería experimentar. Conocer y conectar con sus pares es una situación que puede cambiar su visión de la vida. Principalmente considerando que muchas veces existen aprensiones sobre cómo y quién es la persona que se tiene al lado. Se deben reconocer y validar nuestras diferencias como las enriquecedoras fuentes de aprendizaje que son. En especial cuando dentro del paradigma adulto aún prevalecen discursos infantilizantes y capacitistas que debemos de romper.
Esta es una historia que invita a pequeños y grandes a replantearnos la visión que tenemos de las personas con discapacidad. Desde una voz que da agencia a su protagonista y le permite expresar su individualidad a través de la imagen, el color y la palabra.