través del relato de su madre, Jenny, la autora reconstituye el recorrido de su familia, del exilio en Salónica y la instalación en París en los años veinte a la asimilación en la Francia de los años treinta. Las persecuciones de la ocupación nazi obligan a Jenny y los suyos a ocultarse y disimular su identidad. Deberá luchar con todas sus fuerzas para sobrevivir y proteger a su hija. El traumatismo perdurará después de la guerra y envolverá a madre e hija en el silencio.