Es muy simple, de nosotros como adultos depende el presente y futuro de nuestros niños y niñas. Armarlos incondicionalmente y tratarlos como seres dignos creará en ellos una autoconfianza y autoaceptación que los hará adultos reproduciendo felicidad. Amarlos a través de regalos y condiciones y tratarlos como seres sin dignidad creará en ellos inseguridad y neurosis que los hará adultos reproduciendo infelicidad.